DISTANCIA
RECORRIDA: 11'05Km
El
día 2 de Febrero de 2018 realizamos una nueva ruta senderista por
Arroyomolinos. Este municipio se ubica en la zona de transición entre la Sierra de Montánchez y las Vegas del Guadiana. La Sierra de Montánchez junto a la de Guadalupe, San Cristóbal, Centinela y San Pedro constituyen la divisoria de las
cuencas del Tajo y el Guadiana. Esta ubicación geográfica provee de
dos diferentes tipos de relieve que, a su vez, constituyen dos
unidades paisajísticas distintas. Por un lado, el área montañosa,
al norte, con fuertes pendientes, sin que llegue el término a las cimas
superiores, que pertenecen a Montánchez y cuyo pico más alto se
acerca a los 1.000 metros.Por otro lado, una zona con altitudes de
360 y 420 metros y suaves pendientes, que se vuelven abruptas en la
sierra de El Saltillo, extendiéndose hacia el sur hasta alcanzar los
límites de la provincia de Badajoz.
La
sierra destaca geológicamente por su gran cantidad de rocas
graníticas. Estas son muy variadas en cuanto a su tamaño,
existiendo algunas zonas en las cuales se aglomeran conformando
enormes "canchales". Junto al granito, pero ya en algunas
zonas muy localizadas, la pizarra y en menor medida el cuarzo blanco
también hacen acto de presencia. En cuento a las grandes extensiones
adehesadas que conforman el resto del territorio, hemos de resaltar
las características afloraciones de pizarra que salpican la zona. No
obstante, también existen materiales aún más antiguos como son las
cuarcitas, que forman pequeñas colinas llamadas popularmente
"morras".
Es de destacar los 115'67 km² de extensión total con que cuenta Arroyomolinos, siendo el de mayor superficie de la comarca.
Vista del pueblo
Tras
haber cogido fuerzas en la “Churreria Fragoso” con sus deliciosos
churros, comenzamos nuestra ruta tomando la plaza de Juan Carlos I
como punto de partida. Continuamos por la calle cervantes hasta la Ermita de San Sebastián, sencilla y coqueta y de estilo
renacentista. San Sebastián como patrón del pueblo, cuenta con
fiestas en su honor que se celebran el 18,19 y 20 de enero.
Nuestra compañera Inés en la Ermita de San Sebastián
Proseguimos
la ruta hacia la sierra por la calle San Sebastián para
encontrarnos con el monumento a los caídos constituido por tres
cruces labradas en el granito de la sierra, las cuales conmemoran la
batalla conocida como la “Sorpresa de Arroyomolinos”, ocurrida el
28 de octubre de 1811 durante la Guerra de Independencia contra el
ejército francés de Napoleón y contando como aliados con el ejercito
Inglés y el Portugués.
Sergio, Esther y Marcos en Las tres cruces
Hay
que destacar que todos los años en conmemoración a este hecho
histórico todo el pueblo se implica y representa lo acaecido aquel
28 de octubre de 1811, de una manera muy fiel y espectacular.
Particularmente y gracias a nuestras compañeras Inés e Isa y la
hermana de una de ellas, que pertenecen a una de las asociaciones que
participan en dicha representación, nos mostraron algunos trajes y
armas, así como una muestra de cómo suenan los tambores en la
batalla. Todo ello no hizo más que despertarnos aún más las ganas
de asistir a la representación del año próximo.
Representación de la Sorpresa de Arroyomolinos
A
continuación, seguimos subiendo hacia algunos de los más de 30
molinos de origen árabe que aun quedan por la zona. En concreto
visitamos el molino de Marciala y un poco más arriba estaba la casa
de Marciala pasando un pequeño regato con una gran piedra en que
usaban los niñ@s de la zona para tirarse como si fuera un tobogán
porque resbalaba mucho.
Molino de Marciala
Casa de Marciala
Descendemos
un poco por el sendero hasta llegar a un mirador donde puede
apreciarse la belleza del entorno con sus grandes canchos y peñas,
así como una panorámica preciosa del pueblo. A esta altura
encontramos otro molino, donde podemos apreciar mejor las partes de
que se componían y como funcionaban, gracias a las explicaciones de
nuestros compañeros Toñín, Isa e Inés.
Foto
Continuamos
hasta el siguiente molino bajando hacia el pueblo.
En
nuestro camino damos con la piedra conocida como “Piedra del deo
Meñique”, gran mole de granito de unas 40 toneladas que en tiempo
atrás permitía que con una leve presión el movimiento oscilatorio
de ésta insólita piedra.
Piedra del deo meñique
Bajamos
un poco hasta dar con un manantial de agua que los vecinos conocen
como “La Fuente de los ojos malos”, ya que se acudía a esta
fuente cuando se padecía algún tipo de infección en los ojos y se
lavaban con este agua para tratarlos.
Continuamos
nuestro camino hasta llegar hasta otro manantial conocido como “ La
Fontalba”, nueva muestra de la riqueza hídrica de este lugar.
Fontalba
Seguimos
la bajada hacia una calle peculiar conocida como “la callejina del
diablo”.
Tras
bajar la callejina, vamos a dar al último molino y el más cercano a
la población.
Seguimos
el curso del arroyo donde se encuentra otra fuente conocida como
“Fuente La Limilla” donde solían acudir los lugareños a lavar
la ropa hasta ya entrados los años 80, según nos cuentan algunas
compañeras vecinas del pueblo.
Fuente La Limilla
Nos
adentramos en el centro del pueblo hasta dar con el consistorio y
finalizar nuestra ruta por Arroyomolinos al toparnos con la
majestuosa iglesia de Nuestra señora de la Consolación con su
pórtico de estilo plateresco muy peculiar ya que cuenta con
numerosas calaveras talladas en la parte superior, así como por su
gran arco lateral y su torre campanario convirtiéndola en un iglesia
de grandes dimensiones
Sin
duda alguna, Arroyomolinos nos ha sorprendido por su riqueza natural,
patrimonial y cultural que ha demostrado ser muy rica y cuyos
vecinos cuidan con mucho orgullo. Os recomendamos visitar este
precioso rincón de Extremadura tan lleno de historia y naturaleza.
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